Todos hemos experimentado la sensación de hambre física en algún momento de nuestras vidas, sentimos a nuestra pancita protestar y mandarnos una señal clara de necesidad de comida.
Sabemos que cuando sentimos hambre, nuestro cuerpo nos está pidiendo alimento para satisfacer una necesidad básica y así poder seguir vivos. Sin embargo, ¿qué pasa cuando sentimos hambre pero no estamos realmente físicamente necesitados de alimento? Esta sensación se conoce como hambre emocional, y creeme, es un tema muy común en la sociedad actual.
Por eso en esta entrada de tu blog favorito, hablaremos sobre qué es el hambre emocional, sus causas y cómo podemos manejarlo, así saldrás de aquí con mucha información valiosa.
Empecemos pues: ¿Qué es el hambre emocional?
El hambre emocional es una necesidad de comer que no está relacionada con la necesidad física de alimentarnos, es decir, queremos comer pero, no por hambre, no porque necesites energía y en lugar de estar motivados por la sensación de hambre física, estamos motivados por una necesidad emocional que no sabemos gestionar.
El hambre emocional puede aparecer como resultado de diferentes situaciones como el aburrimiento, el estrés, la tristeza, la soledad o la ansiedad, típicas emociones que se salen de control porque no estamos acostumbrados a escucharlas y mucho menos a sentirlas así que, nuestra mentecilla traviesa busca una solución rápida.
Causas del hambre emocional:
Hay muchas causas que pueden desencadenar el hambre emocional pero, la más común es cuando estamos experimentando emociones incómodas, como la tristeza o la ansiedad, y buscamos consuelo en la comida.
Comer algo que nos gusta o que nos proporciona placer puede darnos una sensación temporal de felicidad y satisfacción, estudios han demostrado que son al rededor de 3 minutos de paz, pero, esto no resuelve el problema, además, la comida puede ser una forma de distracción de nuestras emociones, evitando que nos enfrentemos a ellas de manera efectiva, es decir, sólo las tapamos y ya.
¿Cómo manejar el hambre emocional?
La buena noticia mi hermosa y hermoso es: que el hambre emocional se puede manejar, si que si!!! y aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar:
- Identifica tus emociones: Aprender a identificar la emoción que está detrás del hambre emocional es el primer paso para manejarlo, si sabes qué es lo que te hace sentir mal, puedes buscar maneras más saludables de manejar esa emoción y así estarías atacando el problema de raíz y no solo tapándolo.
- Practica la atención plena: La atención plena es una técnica que puede ayudarte a enfocarte en el momento presente y ser consciente de tus emociones y pensamientos, practicarla antes de comer puede ayudarte a evitar comer en exceso o comer en respuesta a emociones negativas, antes de comer para, y revisa cómo te sientes, escanea tu cuerpo y observa si realmente tiene hambre y entonces decide si necesitas o no el alimento.
- Encuentra otras formas de consuelo: En lugar de recurrir a la comida como fuente de consuelo, encuentra otras formas de cuidar de ti misma cuando te sientas triste o ansioso. Esto puede incluir hacer ejercicio, meditar, leer un libro, llamar a un amigo o disfrutar de una actividad que te guste, todo vale!!!
El hambre emocional es una sensación común en nuestra sociedad actual, pero no tiene que controlar tu vida, libérate de ello y si aún no sabes cómo recuerda que acercarte a un profesional siempre, siempre será la mejor de las ideas.
Te dejo aquí mis redes sociales por si aún no me sigues o si deseas contactarme, yo tengo un taller de alimentación emocional padrísimo que estoy segura que te va a ayudar un montón.